jueves, 2 de julio de 2009

Internet., un invento político

Síndrome postelectoral casi unánime en opositores y oficialistas (si es que va quedando alguno): hay que leer el mensaje del pueblo (o de las urnas, o del electorado, o de la gente). ¿Cuál se supone qué es el mensaje de la gente? Unos hablan de soberbia kirchnerista, otros de temas no atendidos (salud, seguridad), otros de fallida estrategia electoral (candidaturas testimoniales), otros de desgaste propio de un gobierno que ya lleva seis años en el poder. La propia variedad de las respuestas que podrían darse muestran que es imposible saberlo. Ese es el problema de la democracia electoral. Se interpreta un voto al que es imposible acompañar de palabras. Entonces las cantidades (números de votos) se traducen en cualidades (intenciones, mensajes). Seguramente ya alguien dijo esto, pero se me ocurre que la proliferación al infinito de zonas de circulación de mensajes por Internet, desde los blogs y los foros hasta Facebook tienen que ver con eso. Uno hasta se tentaría de pensar que Internet es una invención más ideológica que técnica: hay una necesidad de hacer circular mensajes que son imposibles en este modelo democrático, para lo cual hay que inventar un dispositivo no jerárquico, caótico, pero en estado de circulación, recreación, respuesta y acumulación permanente. Los medios, que necesitan obligatoria y comercialmente una teoría de jerarquía de los discursos, insisten en adjudicar una significación al silencio de los votantes.

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